Entrevistas |
Medio: |
MABAT | |
Entrevista: | Fernando Pintos | |
Fecha: | Agosto de 1986 |
ANA VINOCUR: A TRAVÉS DEL INFIERNO HACIA EL MILAGRO DE LA VIDA |
Siempre tuve presente que los que sobrevivimos a la hecatombe nazi tenemos el deber de narrar nuestra historia. Es un triste recuerdo o terrible pesadilla, pero es necesario relatarlo para que las futuras generaciones no permitan que esto se repita jamás. Lo que narro en "Un libro sin título"" es verídico y está escrito con total sinceridad". |
A mediados de 1978 en Montevideo, llegó a mis manos un libro recientemente editado en Uruguay. Su título era (valga la contradicción en este caso) "Un libro sin título"; su autora, Ana Benkel de Vinocur. No era ajeno yo al tema, y antes había buceado en los horrores del holocausto de la mano de William Shirer ("Auge y caída del III Reich"), Jean François Steiner ("Treblinka"), León Uris ("Éxodo", "Mila 18", "QB-7"), Curzio Malaparte (distintos y estremecedores pasajes de "Kapputt") y muchos otros autores. Sin embargo, nunca me había sido posible acceder a una experiencia tan vitalmente directa como la que narraba Ana en su relato, teniendo además tan cercana en el tiempo y el espacio a la autora y protagonista de tal odisea. Así guardé latente por mucho tiempo el deseo de conocer personalmente a Ana (deseo quizás ahogado en el fondo por un secreto pudor, ya que siempre nos desencotrábamos. Mientras tanto, Ana fue ganando merecida popularidad junto con la excelente novela auto-biográfica, varias veces reeditada y publicada inclusive en el extranjero. Finalmente nos conocimos. Sucedió una noche de agosto de 1983, cuando la escritora dictó una conferencia sobre el holocausto en la Escuela de Periodismo y Ciencias de la Comunicación del Círculo de la Prensa del Uruguay, que por entonces yo dirigía. La impresión que recibí fue superlativa. Allí donde esperaba encontrar a una mujer agobiada por los años, encontré un ser joven, dinámico y lleno de vitalidad... En lugar de la persona profundamente marcada por la amargura y el dolor de tantos años terribles, hallé a un ser humano pletórico de amor, bondad y comprensión. Comprobé asombrado que todo el mal que ella había recibido no pudo hacer mella en un alma noble y que, felizmente, el horror no tiene por fuerza que engendrarse ni dejar huellas triunfales. A partir de entonces surgió una amistad que me ha permitido conocer mejor a Ana Benkel de Vinocur y que me faculta para definirla, tanto en su aspecto de escritora de enjundia y éxito indudables, como en esa faceta tan constructiva representada por una personalidad pletórica de amor a la vida y al género humano. Aunque muchos de ustedes la conocen, queremos volver a presentarles en MABAT a Ana, a través de este reportaje exclusivo. |
MABAT - Señora Vinocur, en poco tiempo usted ha pasado de la apacible rutina de dueña de casa, esposa y madre, a la celebridad que le han deparado merecidamente "Un libro sin título" y "Luces y sombras después de Auschwitz" (de inminente publicación en Méjico); obras de resonancia internacional indudablemente... Cuéntenos de que forma se fue gestando este cambio en su vida. ANA
- Primero quisiera puntualizar que nunca
tuve la rutina de una apacible ama de casa. Siempre me animaron
inquietudes diferentes. Una de esas inquietudes fue expresar mis
sentimientos por medio de la música.
MABAT - ¿Han alterado o afectado de alguna forma su vida, esa celebridad adquirida, la lógica publicidad de ella derivada y las actividades que de todo ello devienen por fuerza? ANA - Lógicamente tengo gran número de actividades que antes no tenía. Correspondencia con el exterior, con importantes diarios o revistas y con gente - famosa o no - que quiere comunicarse conmigo. También reseñas sobre mi persona en la prensa y bastantes entrevistas... quizás más frecuentes de lo que yo deseara. Pero desde el punto de vista estrictamente personal nada ha cambiado. Ana Benkel de Vinocur es hoy la misma persona de siempre.
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