Esquema biográfico

 

 

Fecha

Acontecimiento

 

1926

El 25 de septiembre nace Ana en Lodz, Polonia.  Sus padres: Rifka Bocian y Henoj Wolf Benkel la reciben con amor.  

Padres de Ana

Padre de Ana en 1918

Madre de Ana

Abuelos paternos: Sara y Faiwel Benkel

Abuelos paternos con Ana y Enrique

Abuelos maternos:  Rosa y Moto Bocián

Tías de Ana:  Pola y Regina Benkel

Berta (hija de Abram), Abram Benkel (tío de Ana), Hana (hija de Abram, Enrique (hijo de Abram) y Dora (esposa de Abram.

Abuela paterna Sara y sus hijos Meir y Binem

Tíos paternos de Ana:  Binem, Regina y Riven Laib Benkel 1931

 

1926

Tiene un hermano mayor, Herschek.  Se quieren mucho.

Enrique, Ana y su muñeca Sonia

 

1933

Nace un nuevo hermanito, Leibush.  Es la alegría del hogar.

Madre de Ana y Leibush

 

1935

Su hermano Herschek (Enrique) a los 11 años.

 

1936

Ana tiene una infancia feliz.  Está terminando de estudiar en la escuela.

Hanka (Ana) a los 10 años

 

1939

El 1º de septiembre Alemania invade Polonia sin declaración previa de guerra.

1940

Puente al ghetto de LodzFallece la abuela materna de Ana.

Se aisla a los judíos en el "Ghetto de Lodz".  Sólo se pueden comunicar  con el resto de la ciudad, cruzando el puente elevado, y para ir a trabajar.

1941

Talleres en ghetto de LodzLos judíos son obligados a trabajar para los alemanes a cambio de una mísera ración de comida.  Hacen uniformes, botas, pantalones, ropa interior, etc.  Ana trabaja en un taller de alfombras y Herschek en un taller metalúrgico.

1942

 

En el ghetto de LotzEl hambre y las enfermedades hacían estragos entre la gente.  Ana y Herschek comienzan a fabricar clandestinamente caramelos para canjearlos por comida y así alimentarse un poco mejor ellos y su familia.  Los alemanes llevaban periodicamente judíos a "destinos desconocidos".  

Niños llevados a las cámaras de gasLos alemanes se llevan a Leibush... 

Nunca más se sabrá de él...

1944

Los judíos son llevados hacia AuschwitzAna y el resto de su familia son llevados al campo de concentración y exterminio de Auschwitz.

El padre y Herschek son separados de Ana y su madre.Llegada al campo de concentración y exterminio en Auschwitz

Los nazis asesinan al padre de Ana en las cámaras de gas.

Las chimeneas trabajan sin cesar...

1945

Ana y su madre son trasladadas a Stutthof.  Los cadáveres yacen en el suelo amontonados...  El canto de Ana aquieta a las fieras.

Las epidemias se extienden... La madre de Ana muere en sus brazos por hambre y falta de medicamentos...

Comienza la derrota de los nazis.  Los pocos judíos sobrevivientes son embarcados como rehenes rumbo a Alemania.

En el barco Ana conoce a Ianka Wasik, quién posteriormente le salvará la vida...

Los barcos son bombardeados por las fuerzas aliadas durante el viaje pero Ana y Ianka se salvan.  Son rescatadas por un buque salvavidas alemán de la Wehrmacht.

1945

Día de la liberación - 1945Los nazis son finalmente derrotados por las fuerzas aliadas.  Termina la oscura y trágica pesadilla...

El 3 de mayo Ana y Ianka son liberadas y trasladadas al hospital Stadtisches Krankenhaus Kiel, luego al Kronzhagan cerca de la ciudad de Kiel.  Posteriormente son llevadas al hospital provisorio Hilfskrankenhaus Schäfstedt también cerca de Kiel.

1946

Ianka Wasik junto a Ana

Ana y Ianka son nuevamente trasladadas, esta vez al hospital St. Ottilien para atender sus malogradas saludes.  Luego al TBC Sanatorium Gauting cercano a Munich.   Posteriormente son trasaldadas al sanatorio - hogar Kneippianum en Bad Wörishofen, su "albergue de lujo", hasta su recuperación total.  Allí se reencuentra con su prima Nina.

Ianka parte rumbo a Polonia.  La separación es muy triste...

Ana ayuda a las víctimas de la guerra cantando como solista en un coro dirigido por el Profesor Banosh.  En esa oportunidad se fortalece su vocación por el canto.

Ana, Ianka y las ovejas

 

1947

Historia de un vestido...

Ana junto a su amiga Genia Goldberg

¿Cuánta importancia puede tener un vestido?

Si formulamos la pregunta sin pensar demasiado, de inmediato la respuesta es que el valor podría ser sólo efímero; después de todo, es sólo un elemento de indumentaria.

Pero nada debería responderse sin pensar, ya que todo puede tener raíces profundas y consecuencias sentimentales.

 Este vestido no es cualquier vestido, es el vestido que el "Joint" le asignó a Ana estando ya en París, para seguir el viaje a Uruguay en 1947 después de la Segunda Guerra Mundial, luego de haber vestido ropas de internada en campos de concentración.

 Y para Ana no revestía mucha importancia cómo le sentaba el vestido que le habían asignado, pero estaba con su amiga Genia Goldberg para quien un vestido representaba a su femineidad, por tanto tiempo perdida en la guerra. Y el hecho que el vestido  también del "Joint" le quedara como una bolsa era motivo suficiente para amargarle la vida hasta las lágrimas.

 Ana ni siquiera lo pensó, no dudó en cambiarle el vestido a Genia, el que le habían asignado a ella, que estaba mejor confeccionado.

 Eso significó para Genia, un símbolo de amistad, generosidad y nobleza que nunca olvidó.

 El destino las separó en diferentes países, pero cada vez que se reencontraban, Genia no podía dejar de recordar ese hecho y a través de las décadas se repite la constante que siempre Genia recuerda la nobleza de Ana de entregarle el vestido de seda, para que ella luciera bien, sin pensar en si misma.

 Y hasta hoy en día es conmevedor ver como cuando Genia (vive en Bs.As.) está con Ana y conoce a gente nueva, trata de buscar la manera de contar ese gesto. Esa anécdota  en verdad fue lo que inició y selló su amistad

Ana y Genia Goldberg

 

Ana parte de Alemania rumbo a Francia, Bélgica y luego a América.  Deja atrás a seres muy queridos,  Dany, Ari,  y a su prima Nina que tan grata compañía le brindaron en su estadía en Kneippianum.  "...Tú te vas y yo moriré..." dijo Dany - del libro de Ana: "Volver a vivir después de Auschwitz".

Ana en París

 

Ana, a bordo del "Campana", llega a Uruguay donde se reencuentra con su hermano Herschek después de varios años sin saber si estaba vivo o había sucumbido en manos de los nazis.

Ana y su querido hermano Enrique juntos nuevamente

Son albergados en Montevideo por sus tíos  Beinish y Hinde Bocian. 

 

Beinish Bocian - hermano de la madre de Ana - junto a su esposa Hinde y familia

 

1948

1993

En 1948 Ana conoce a Alberto Vinocur, su futuro esposo.

Casamiento de Ana y Alberto

Alberto Vinocur 1919 - 1993

Ana y Alberto en el Parque Rodó

Ana y Alberto bailando felices - 1952

"Viví con él 45 años hasta que falleció.  Me hizo sentir feliz y amada, apoyada en todos mis proyectos y decisiones.  Me dio la alegría de poder edificar un hogar sólido a semejanza del que perdí a causa del nazismo.  Tuvimos dos hijos, Rita y Víctor, que nos dieron cuatro nietas"  

 

Ana toma clases de canto con el profesor Domingo Dente, director del coro del SODRE.

Graba su primer LP en Montevideo, acompañada por 15 músicos profesionales.

Graba dos discos en Buenos Aires, uno acompañada por el maestro SimónTenowski y el otro por el maestro Mario Nicoli con letra y música de su hermano Enrique Benkel.

Graba un disco en New York "Songs of the Ghetto and Jewish Folklore"

1964

La "Institución de Sobrevivientes" - llamada en ese entonces "Sobrevivientes del Nazismo"  se reúne en la casa de Ana en el Parque Batlle

1972 Publica su primer libro "Un libro sin Título".

"Nuestro deber es relatar los hechos, la terrible verdad, para que la conozca cada persona civilizada, especialmente los jóvenes.  

Nosotros tenemos una gran deuda con el mundo civilizado por lo que tenemos que contar con exactitud y fidelidad lo que significó el nazismo nada menos que en el siglo XX"

1975

Ana en el casamiento de su hija Rita y Leo

1981

Su querida amiga Ianka Wasik fallece el 19 de marzo en un accidente automovilístico en Lodz, Polonia.

Ana en su jardín, su lugar favorito de la casa de la Calle Palmar, donde vivió casi 35 años

Ana con "Michi" su querida mascota

 

1987

Es designada Secretaria General del "Centro Recordatorio del Holocausto" en Uruguay.

1988

Ana y Enrique

 

1990

Ana y Enrique junto a los primos Salek y Kalcia que viven en Australia.  Hacía 45 años que no se veían.

1991

Publica su segundo libro "Luces y sombras después de Auschwitz"

"No,  no permitiré que me acompañen las sombras durante toda mi vida.  Los recuerdos son verdugos esperando su presa.  Tampoco admitiré que me escolten las figuras de los masacrados.  Tengo que seguir viviendo con la gente que no sufrió aquel infierno"

Ana se reencuentra con sus amigos en Nueva York

Ana, Isaac Pann, su esposa Yetta, Reva y su esposo León Chase

León, Ana, Isaac y Yetta

León, Ana y Reva

Ana y su esposo Alberto Vinocur frente al Muro de los Lamentos.

 

1996

Ana y Enrique deciden viajar a Polonia en una "Marcha por la vida" . Visitan entre otros lugares, Lodz, el ghetto de Varsovia y el ex infierno de Auschwitz.

"Y nosotros no olvidamos, porque ¡estamos aquí! Junto con miles y miles de jóvenes, llevando banderas de todas las naciones y la del Estado de Israel, caminando en Auschwitz, pero por ¡LA VIDA! "

Ana y Enrique frente al monumento al Holocausto en Varsovia.

Ana y Enrique en Auschwitz 50 años después

Ana en Barraca donde dormían en Auschwitz

Ana y su hermano Enrique en la cámara de gas de Auschwitz

Ana con su primo Raymond Benkel y su Sra. esposa, navegando por el río Sena en París

Ana y Enrique junto a su primo Raymond, su Sra. y sus hijos en París

1997 "Ojalá los países democráticos puedan lograr la convivencia pacífica entre los pueblos, y no permitan que se repitan los horrores del nazismo, para asegurar que las futuras generaciones puedan vivir en armonía y en PAZ"
  Kazik Olszewski y Grazynka son un matrimonio polaco muy especial.  La madre de Kazik jugaba con Leibush, el hermano menor de Ana, cuando eran chicos.  El abuelo materno, Leon Longwa, era amigo del padre de Ana, y siendo cristiano, ayudó a la familia Benkel cuando estos estaban prisioneros en el Ghetto de Lodz

Ana, Grazynka y Enrique

Enrique, Kazik y Ana

Kazik, Ana y Enrique en Polonia

Kazik, Ana y Chil Reichman sobreviviente del Campo de Exterminio de Treblinka, en Uruguay

Kazik Olszewski y su esposa Grazynka junto a Ana y el Agregado a la Embajada de Polonia en Uruguay

1999 Publica "Volver a vivir después de Auschwitz" una ampliación del libro "Luces y sombras después de Auschwitz".
 

 

2002

Ana con toda su familia

 

Ana con sus queridas nietas

 

2006

El 7 de enero de 2006, a la edad de 79 años,

Ana Benkel de Vinocur

parte físicamente, dejando su marca en el mundo, una marca que perdurará por siempre, una marca en las almas y espíritus de decenas de cientos de personas de todas las edades, pero sobre todo de estudiantes de escuelas primarias, secundarias, Universidades, agrupaciones de educación formal y no formal, instituciones judías y gentiles, de Montevideo y a través de toda la República Oriental del Uruguay.

Quienes escuchaban su testimonio ya no podían olvidarla jamás.

Su objetivo fue esclarecer, difundir y educar sobre sus experiencias vividas en el Holocausto, sin odio, sin rencor, siempre con su perfecta sonrisa en el rostro, y con su mensaje de bondad. Era una fuerza de la naturaleza, soldado en la vida y en la muerte contra la cual luchó dignamente dejando a todos azorados por su inquebrantable voluntad de vivir aunque los dados estaban echados.

Fue Secretaria General de la Institución Centro Recordatorio del Holocausto y Soc. Amigos de Yad Vashem durante décadas a través de las cuales se convirtió en representante y símbolo de los sobrevivientes del Holocausto.

¡Qué privilegio fue tenerte en la familia Ana Vinocur y qué tremendamente difícil es extrañarte!

Una pérdida de esta magnitud no sólo enluta a la familia sino que enluta a la Humanidad toda. Y tuvimos condolencias del mundo entero. Jamás ella podría haber imaginado la repercusión de su mensaje en países distantes en el mundo, y las palabras describiendo lo que ella era por parte de gente que la conoció o no, pero leyó sus libros o miró sus videos.

Estaba tan vibrante y repleta de vida que su partida era inimaginable. Siempre llena de proyectos, su espíritu juvenil nunca dejó de sentir curiosidad de aprender cosas nuevas y nos dejó la responsabilidad enorme de continuar con su obra.

Eras una estrella brillante que iluminaba a todas las personas a quienes con tu luz tocabas.

Y con la influencia de tu luz trabajaremos por tus ideales de educar, de recordar y no olvidar.

Así será... 

 

CARTA A MI MADRE, ANA VINOCUR - Z”L

Me siento frente al monitor de la computadora ante un documento en blanco y siento temor...

Hace días que quiero escribir un artículo para honrar la memoria de mi madre, Ana Benkel de Vinocur - Z”L, como ella se merece , en nombre de mi familia y doy vueltas y vueltas porque no puedo encontrar las palabras adecuadas, suficientemente dignas, expresivas ni representativas, ni el valor para expresar aunque sea algo de lo que siento. Pero voy a intentarlo...

Me siento muchas veces como si tuviese tan sólo cinco años, comprendí que cuando se tiene una pérdida tan grande como quedamos sin padres, hay muchos momentos en los cuales no nos sentimos personas de edad madura, sino niños pequeños que quedamos huerfanitos.

Pero lucharemos como nos enseñaste, mamá, vamos a intentarlo con todas nuestras fuerzas mamá, para mantener la memoria de lo que ocurrió en la Shoá por ti y por todos los sobrevivientes a quienes considero héroes sólo por haber sobrevivido.

No sé cómo se camina sin ti, mamá, la columna vertebral de nuestra familia y de nuestra Institución el Centro Recordatorio del Holocausto a la cual dedicaste tantos años de tu vida y a través de la cual hiciste parte de tu trabajo en pos de la memoria. ¿Cómo camina esta familia sin nuestro gigantesco ángel protector?… siempre sonriente, con esa sonrisa que era tu principal característica, llena de amor, energía y determinación para cumplir con proyectos nuevos, con objetivos que te trazabas y siempre apoyándonos en todo y siempre ese Amor con mayúsculas.

¿Cómo se camina por la vida, si se fue contigo un trozo de nuestro corazón, una enorme parte de nuestra alegría?

En el cementerio, frente a mi familia, los sobrevivientes de la Shoá y ante toda la Comunidad te prometí, mamá que tu obra y todo por lo que luchaste no termina contigo.

Dije que luchaste por tu vida en el Ghetto, en Auschwitz y Stutthof, en un barco bombardeado, en el medio del mar Báltico, luchaste contra las enfermedades que te postraron tanto tiempo después de la guerra y ganaste. También luchaste después contra el cáncer y ganaste.

¿Quién podría pensar que ahora sería tu hora final? Tenías tantos proyectos, tanta energía para regalar…? Te hizo una zancadilla sorpresiva la muerte y la recibiste con estupor, no la esperabas, nadie la esperaba, pero le diste una dura batalla, no podíamos creer la forma en la que luchaste, hasta la propia muerte se sorprendió de tu fuerza leonina y tu dignidad. Pero fue una lucha muy desigual, muy injusta muy traicionera y finalmente tuviste que ceder.

Ver la valentía de tu hermano Enrique, mi querido tío Enrique Benkel y ver cómo lleva este golpe tan bajo que le quitó a su entrañable hermana, quien personificaba a su madre, a su padre, a su hermanito, a toda su familia en Europa y a todos sus recuerdos compartidos entre ellos dos de manera tan especial, siempre con tanta dulzura con su hermana Ana y verlo a él cómo aceptó con resignación, madurez y dignidad me hacen sacarme el sombrero por él, lo siento como un gigante. Y todos los que sobrevivieron lo hicieron entre otras cosas porque tienen un temple único e irrepetible.

En cambio yo me siento tan quebrada como si hubiesen pulverizado todo lo que soy hasta mis cimientos y casi sin poder respirar, pero toda la familia va a levantarse de a poco y vamos a reconstruirnos y honrarte aunque lo hagamos tropezando y llorando. Y lo haremos con apoyo porque ha sido impresionante la solidaridad de la gente, en Uruguay y el mundo. Es algo que ella jamás podría haberse imaginado y estamos todos en verdad agradecidos por ello.

Nuestra familia ha tenido el privilegio de tener bien cerca el amor intenso de un ser extraordinario. Lo vivimos siendo concientes del tesoro que teníamos.

La valoramos y honramos en vida y así será también después de su muerte.

Rita Vinocur de Haim

 

El 7 de marzo de 2006, a los dos meses exactos del fallecimiento de Ana Vinocur, a la edad de 80 años,

Enrique Benkel

parte físicamente dejando también su marca en el mundo...

No pudo soportar la separación de su hermana. Vivieron juntos antes de la guerra, sufrieron juntos el peor horror de la raza humana y lo vivieron con Dignidad con mayúscula.

Sobrevivieron la Shoá y se reencontraron para no separarse jamás. Tuvieron su mundo aparte, un mundo en el que la palabra Hermano, Hermana tenía otro significado y murieron juntos.

Fue un hombre extraordinario, un ángel en la tierra, un ángel que no podía vivir sin su hermana. Ambos transmitieron mensajes que quedarán para la posteridad y para toda la Humanidad...

Que en Paz descansen los dos...

 

 

Carta a mi querido tío Enrique Benkel - Z”L

Querido Tío… mi super tío… o como te decíamos en familia:  “ Feiper” - Z”L

Definir en pocas pinceladas a pocos días de su fallecimiento, a quien quise casi como a un padre, es muy difícil.

De inmediato se vienen a la mente conceptos como Dignidad, Coraje, Bondad, Rectitud, Humildad, y Amor. Esas virtudes brillaron en ti no sólo en las peores condiciones de la guerra sino a lo largo de toda tu vida y ese heroísmo impresionante también lo manifestaste en la cama del sanatorio, desde donde finalmente partiste.

Quiero expresar aquí un relato simbólico de esas virtudes. Hubo muchas ocasiones en las cuales hasta arriesgaste tu vida, pero éste me hizo brotar las lágrimas cuando, tu hermana… mamá… Ana Benkel de Vinocur - Z”L - me lo contó la primera vez hace muchísimos años.

Desde ese momento mamá, cada vez que podía, lo relataba en público y tu siempre decías que no tenía por qué contarlo; era simplemente natural.

Ocurrió en el Ghetto de Lodz. Un día llegaron nazis al taller donde trabajaba mi tío. Él era muy jovencito y pequeño en su contextura física y estaba a cargo de máquinas muy grandes (de hecho después de la guerra trabajó con maquinaria que inclusive él mismo creó) y los nazis se sorprendieron que alguien de tan corta edad pudiera manipular esa maquinaria.

Le tomaron fotos. Y resolvieron que durante dos semanas había que darle un suplemento en su ración diaria; una sopa bien espesa de comida nutritiva y no la casi burla de sopa aguachenta que todos recibían.

Ese plato de sopa espesa significaba Vida, ya que en ese entonces el hambre los atormentaba sin cesar. Pero desde la primera ración mi tío llevó ese plato a su casa y le dijo a su madre: Mamá agrega agua y una papa y vamos a comer todos juntos”.

Mi abuela, le dijo: “Herschale mejor cómelo tú, que al menos uno de nosotros esté bien alimentado unos días” Pero mi tío no aceptó y durante las dos semanas en la cual a él le reforzaron su ración él no comió a solas como un animal denigrado, sino que llevaba a casa esa ración y la compartía con su familia…

Hiciste tanto en tu vida, no te quedaste en los recuerdos. Formaste una familia sólida, impresionante, maravillosa, esposa, hijos, nietos, de la cual estabas muy orgulloso. Tu cara era tan luminosa, bondadosa como la de un ángel, esa sonrisa, esos ojos mostraban tu alma e impactaban al verte.

Trabajaste por la memoria de la Shoá incansablemente, dentro del Centro Recordatorio del Holocausto, junto a tu hermana. Brindaste testimonio en colegios, para Steven Spielberg y también en los medios. Y compartiste todo con tu hermana… siempre.

Escribiste canciones sobre la guerra, sí, pero también canciones de amor… canciones por la Paz… canciones para Israel, las grabaste con orquestas sinfónicas, hiciste un video con algunas de esas creaciones y tu hermana era la que cantaba.

Cumpliste la promesa de confeccionar bombones, luego que te jubilaste, también junto a tu hermana.

Mamá y tú tenían la misma estirpe, dos ángeles luchadores, dos gigantes, dos soldados. Los dos eran uno sólo. Cuando uno decía del otro, Mi hermano…Mi hermana… esas palabras tenían otra fuerza, otro significado.

Tus hijos dijeron, y todos coincidimos: Vivieron lo peor juntos, después de la guerra se reunieron y estuvieron juntos… y murieron juntos.

Cuando mamá partió repetías con mucho énfasis, sílaba por sílaba: “Éramos inseparables” y repetías “Inseparables” Nunca imaginé el significado que tendría esa palabra en realidad, inseparables en la vida e inseparables en la muerte.

Rita Vinocur de Haim

 

De la mano se los vio caminar. Juntos. Dos criaturas por el mismo sendero a veces de seda, pero a veces piedra.

Nacieron para ser compañeros de travesía y así como llegaron se fueron juntos con la inocencia que les arrebataron, a jugar en el jardín de lo eterno.

Niña y niño, hermana y hermano, hijos de la vida, títeres del destino que fueron unidos con la misma cuerda. Aquel lazo que los hizo fuertes, que les recordó que no estaban solos aún cuando la muerte compartía su misma habitación.

Ni el frío más quemante, ni el metal más punzante pudieron contra ellos. Porque fueron uno, dos historias y dos seres pero con una sola alma, alma que vivió y que vivirá por siempre.

Porque el tener con quien caminar nos ayuda a mantenernos de pie, porque como Ana y Enrique el permanecer unidos nos vuelve fuertes, nos hace eternos, indestructibles.

Con todo mi corazón,

Elián Stolarsky

2016

Ante la muerte de Shimon Peres, el Semanario Hebreo publicó fotos de su visita al Uruguay, entre ellas, su paso por el Memorial del Holocausto junto a Ana Vinocur

 

Obra amparada por la ley 17616 de Derechos de Autor y Derechos Conexos. Está permitido descargar contenidos del sitio web para uso personal o educativo. Se prohíbe su uso comercial o con fines de lucro. Cualquier reproducción deberá contar con la autorización previa y escrita de la familia Vinocur, y deberá mencionar la fuente www.anavinocur.com acompañada por la leyenda: “Obra propiedad de la familia de Ana Benkel de Vinocur”.

 

VER EN LA SEGUNDA PÁGINA DE CARTAS Y CHARLAS, LOS ARTÍCULOS PUBLICADOS

 

Main page - Volver al portal     Volver a la Página Principal