"B - 10279"

por Enrique Benkel

Lodz:  El Ghetto

Para acceder al pedido de mis hijos trataré de recordar, aunque me cueste ubicarme en aquella época.

Nuestra familia se componía de cinco miembros.  Vivíamos en la segunda ciudad de Polonia, en Lodz.  Apenas había terminado la escuela pública, cuando la situación del país se volvió tensa por el problema político surgido entre Polonia y Alemania

No quiero describir todos los detalles del problema entre estos países, pero en resumen puedo explicarles que Alemania tenía algunas exigencias ya conocidas.  Demandas que no fueron concedidas por el pacto militar entre Polonia, Inglaterra y Francia, que culminaron con el estallido de la Segunda Guerra Mundial.  Esto ocurrió el lº de setiembre de 1939.

Los acontecimientos se desarrollaron tan rápido, que después del choque armado entre alemanes y polacos los primeros lograron ocupar Polonia en menos de un mes.  Ya a las dos semanas del estallido bélico, nuestra ciudad quedó ocupada por el ejército de la Alemania nazi.

La ciudad no había sufrido las consecuencias de la guerra.  Sólo una noche buscamos refugio en el sótano del edificio donde vivíamos, pues resonaba muy fuerte el intercambio de disparos de artillería pesada; parecía que el mundo se venía abajo.

La población judía que nosotros integrábamos, estaba muy preocupada por la situación creada.  Prácticamente la mitad de la colectividad de nuestra ciudad, gente más bien joven, abandonó Lodz para buscar refugio ante las eventuales amenazas nazis, tomando rumbo hacia el este en la zona que posteriormente ocuparía el ejército soviético.

Los dirigentes de la colectividad también se fueron.  Según los rumores corrían el peligro de ser fusilados con la entrada de los ejércitos alemanes.  Pero nuestra familia quedó en manos del destino.  No pudimos pensar en abandonar la ciudad, pues con nosotros vivían nuestros abuelos y no los podíamos dejar solos y menos aún teniendo en cuenta que ya se estaba aproximando el invierno.

Aunque en un principio los alemanes no mostraron toda su crueldad, poco a poco fueron descubriendo su rostro e introduciendo leyes racistas y antisemitas.  Y una vez ocupada la ciudad de Lodz, ¿qué modificaciones introdujeron en la vida diaria de la población? 

- Desde el principio hubo discriminación racial.

Recuerdo nuestra sinagoga, una obra arquitectónica admirable, verdadera y pintoresca muestra de nuestra cultura, a la que solía concurrir participando en el coro.  Fue incendiada y ardió durante tres días.  Después de consumirse fue dinamitada y destruida completamente.  Un comando alemán la convirtió en un montón de escombros.  Todos nos sentimos deprimidos.

Con esto y otros hechos los alemanes pretendían dañar la moral y el orgullo de nuestro pueblo.  La vida diaria se volvió bastante penosa.  Las actividades laborales quedaron interrumpidas y tuvimos que recurrir a falta de dinero, al intercambio de objetos de valor por productos alimenticios para poder subsistir.

Los establecimientos fabriles pertenecientes a judíos fueron confiscados y entregados a polacos de ascendencia alemana.  La población polaca aprovechando de la situación, comenzó a saquear comercios judíos llevando todo lo que estuvo a su alcance.  Pero este saqueo fue interrumpido por la gendarmería alemana, pues su intención era conservar ese "derecho" exclusivamente para ellos.

- ¿La discriminación se ejerció sólo contra la población judía?

- Sí, los judíos fueron obligados bajo pena de muerte a usar la estrella de David en color amarillo, sobre el pecho y en la espalda.  Con este hecho pretendían denigrar a los hebreos. 

Luego impusieron el toque de queda.  Sólo podíamos salir de nuestras casas desde las ocho de la mañana a las seis de la tarde.  Esta medida nos dificultaba conseguir el pan diario, que comenzaba a venderse desde las seis de la madrugada y cuando nosotros podíamos salir para formar fila, ya no había más pan. 

Los polacos lo obtenían con más facilidad, pues el toque de queda no regía para ellos.  Lo revendían después a precios mucho más altos.

Recuerdo que en una panadería de mi barrio un soldado alemán designado para mantener el orden vio a una anciana que ya estaba próxima a la puerta de entrada, poco tiempo antes de la hora permitida; el nazi le ordenó salir de la fila.  La anciana le mostró el estado de los zapatos que calzaba, los tenía deshechos y húmedos, por haber estado horas en la nieve.  Pero ésto no conmovió al soldado alemán.  Se había dado cuenta por su aspecto que era judía.

La discriminación era constante.  Otro episodio que no puedo olvidar ocurrió cuando efectuaron una redada en el barrio judío; casualmente me encontraba en el lugar.

Un comando militar alemán se detuvo y sorpresivamente saltaron de sus vehículos y con latigazos arrestaron a cientos de Hombres.  Los llevaron hacia Radogoszcz, una localidad cercana a la ciudad.  Me escondí en una casa de familiares nuestros.  Me aconsejaron que me quedara allí hasta que hubiera pasado el peligro.  Los alemanes pidieron fuertes sumas de dinero para liberar a los rehenes que habían caído en sus manos en esta redada.

A medida que pasaba el tiempo los ocupantes nazis empleaban nuevos métodos para chantajear a nuestra colectividad y hacernos la vida más difícil.

En otra oportunidad y este es otro hecho grave, comandos nazis asaltaron en plena noche invernal varias calles densamente pobladas de judíos.  Les concedieron 15 minutos para vestirse y los obligaron a subir a tranvías ya preparados para ellos llevándolos apretujados a un destino desconocido.

Los polacos que habitaban la zona quedaron en sus viviendas y no fueron molestados.  Mi tío Pinkus que vivía en ese barrio fue evacuado con su familia.  Después de varios días nos enteramos que toda esta gente había sido llevada al sur, cerca de la frontera checoeslovaca, a Krosno.

- ¿Por qué los alemanes empleaban estos métodos, cuál era su objetivo?

- El objetivo era provocar terror e incertidumbre en la colectividad judía, ganar la simpatía de los polacos y con el traslado de poblaciones evitar un posible brote de resistencia.

- Hablando de resistencia ¿no ocurrió ningún tipo de movimiento para oponerse a los malos tratos alemanes?

- Con la llegada al poder del nazismo, Alemania quedó transformada en una nación de terror.  Cuando Polonia fue ocupada por los alemanes, la población polaca de religión hebrea - que era una minoría - quedó desamparada.

Ya desde el comienzo por medio de afiches amenazaron con fusilar a un millar de nuestra colectividad por cada alemán muerto.

- Frente a esta amenaza ¿Qué opinaba la gente?

- Nadie tenía duda de que cualquier reacción podía ocasionar miles de víctimas inocentes.  Vivíamos en el constante temor de que cualquier irresponsable pudiera ocasionar una masacre, de haberle dado el menor pretexto.  La mayoría del pueblo era religioso y su única arma era la Biblia.  Además no hubiese sido sensato comprometer a la población civil.

La gente generalmente tejía la esperanza de que con ayuda de Dios íbamos a vencer las dificultades.  Recordábamos que nuestro pueblo en el pasado había logrado superar situaciones muy difíciles.  Por eso nuestra fe era inquebrantable, pese a la situación adversa.

- ¿La comunidad no quedó impresionada frente al poderío alemán y no influyó en sus esperanzas?

- El poderío germano era impresionante, pero la mayoría de la colectividad no creía que el ejéricto alemán nazi fuese invencible.

- ¿Por qué los alemanes descargaban toda su ira contra los judíos polacos siendo éstos en su mayoría pobres y, con standard de vida casi miserable?

- La tesis de algunos alemanes era que nosotros teníamos que sufrir por los judíos ricos que vivían en otras latitudes.  De acuerdo con la tesis nazi, éstos últimos eran los culpables de la guerra.  Es decir que fuimos involucrados por "culpa" de otros.

- ¿Qué ocurrió después de la ocupación?

- Los alemanes no se conformaron con lo que habían hecho.  Al pasar el tiempo buscaron nuevos métodos.  Se sentían rumores de evacuación total de nuestra ciudad y efectivamente, aparecieron afiches pegados en las paredes.

Era una orden del comandante de la ocupación.  Bajo pena de muerte nos obligaban a abandonar la ciudad de Lodz y nos daban un plazo de tres días.  Estábamos en el invierno del año de 1940.  De las 300 mil personas de nuestra colectividad que antes de la guerra habitaban Lodz y sus alrededores, quedaban todavía 200 mil.

La noticia de la evacuación provocó un gran pánico.  Se vieron miles de personas con mochilas que caminaban encorvadas bajo las inclemencias del cruel invierno.  Dejaban la ciudad huyendo a pie con destino desconocido, ya que los que no cumplían esa orden iban a ser fusilados.

- ¿Por qué los alemanes tomaron la decisión de expulsarlos de Lodz?

- El régimen nazi decidió ampliar sus fronteras.  Se extendió el perímetro de modo tal, que la ciudad de Lodz quedó anexada al Reich alemán.  Le pusieron otro nombre, la ciudad se llamaría Litzmanstadt.  Por ese motivo los judíos tenían que abandonar esta zona para pasar al territorio del Protectorado Polaco que era Varsovia y sus alrededores.

- ¿Qué resolvió hacer tu familia

- El problema que se creó fue bastante grave.  Como ya mencioné con nosotros vivían los abuelos.  Ante esta situación papá logró contratar un amplio carro tirado por un par de caballos.  En un acuerdo con otros vecinos interesados se había logrado la cantidad de dinero solicitado por el dueño del carro, que era un polaco conocido.

Se llegó a un acuerdo para irnos al tercer día que iba a ser el último del plazo concedido.  Casi la mitad de la población ya habia abandonado la ciudad.  Pero surgió un cambio repentino en la actitud alemana.  El diario capitalino alemán trajo la noticia de que una parte de la ciudad quedaba autorizada para los judíos.  En el mismo diario estaba marcado el sector asignado donde se les permitiría asentarse.

Este sector aislado se llamaría "Ghetto".  Recibimos la noticia con gran alivio hasta tuvimos la suerte de permanecer en nuestra vivienda de acuerdo con lo marcado en el mapa del diario local.  La cantidad de personas de nuestra colectividad que todavía habían quedado se calculó en más de 100 mil.

Go on - Continuar  En el año 1940

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